Canvas personal: la innovación y el cambio empiezan en la persona

Canvas personal: la innovación y el cambio empiezan en la persona

Hablamos mucho de innovación y cambio en las organizaciones, sin ser conscientes del todo de que la innovación y el cambio empiezan en la persona.

¿Cómo podemos conseguir desde las organizaciones que nuestros equipos pasen a la acción?

Acompañándoles en lo personal, en el camino para conocerse y desarrollarse.

Las personas de las organizaciones no son muebles, sino seres vivos que se desarrollan y cambian, adaptándose a las circunstancias o buscando vías alternativas, y ese es el germen de la innovación.

Las formas de acompañar a las personas son variadas, y lo importante es adaptarlas a las necesidades de cada organización. El éxito de un buen facilitador del cambio es saber realizar esa adaptación, y reconozco que es uno de los retos con los que más disfruto: analizar la organización, pensar en sus retos y definir el plan con el vamos a trabajar, las metodologías a aplicar y las herramientas, mezclando, hibridando y creando de acuerdo con las circunstancias.

Una primera herramienta con la que podemos trabajar el desarrollo personal es el “Canvas personal” o “Business Model You”

El ya archiconocido “Business Model Canvas”, que se aplica a los modelos de negocio, se puede trabajar adaptado a las personas (basado en el libro “Tu modelo de Negocio”, escrito por Tim Clarck en colaboración con los autores de “Generación de modelos de Negocio” Osterwalder y Pigneur), lo he preparado para el programa Píldoras de Compe10ciasLED de Youth Business Spain y el programa BYG Give Your Best de Fundación Endesa.


El Canvas Personal

Así funciona el Canvas personal

El Canvas personal es una metodología visual y ágil, por lo que conviene utilizar una pizarra o una hoja grande. Se trata de dibujar allí el Canvas e ir trabajando con post-its. Recordad: cada idea = un post-it. Así se pueden mover, retirar o cambiar con facilidad. El objetivo es trabajar el análisis personal de manera organizada.

Aprender a desarrollar tu recurso clave, tu persona.

El Canvas hay que colgarlo en un lugar en el que se vea todos los días, porque al mirarlo se nos pueden ocurrir nuevas ideas. Es una metodología que permite la adaptación en el tiempo de manera rápida. Para llevarla a cabo hay que tener en cuenta dos fases: una primera de reflexión y diagnóstico y una segunda de acción.

Primera fase: reflexión y diagnóstico

En esta fase se van trabajando los diferentes apartados del Canvas con preguntas directas a la persona que está realizando ese diagnóstico:

  • Propuesta de valor. ¿Qué puedes ofrecer como profesional? ¿Qué sabes hacer? ¿En qué tareas te sientes mejor? ¿Qué conocimientos tienes? ¿Con qué habilidades cuentas? ¿Qué es lo que destaca de ti la gente?

¿A quién podrías ayudar con tus habilidades y conocimientos? ¿Con qué tipo de empresas trabajarías más a gusto? ¿A qué tipo de clientes les puede interesar lo que sabes y lo que haces?

  • Relaciones con los clientes. ¿Qué tal gestionas tus relaciones? ¿Cómo mantienes esas relaciones? ¿Qué les ofreces?

¿Cómo te conoce la gente a la que podrías ayudar /trabajar con ellos? ¿Qué medios utilizas para darte a conocer? ¿Cómo trabajas tu marca personal en las redes sociales? ¿Y en el mundo off line?

  • Actividades clave. ¿Qué haces en tu día a día laboral? De todo lo que haces ¿Qué es lo más importante? ¿Qué es lo que te distingue?
  • Recursos clave. ¿Quién eres? Piensa que tu eres tu recurso más valioso, piensa en ello. ¿Qué tienes? No pienses sólo en lo material, piensa también tus conocimientos, competencias y habilidades.
  • Asociaciones clave. ¿Quién te ayuda? ¿Quién te podría ayudar? ¿A qué personas conoces? ¿Con qué organizaciones has colaborado?

¿Qué das? ¿Qué necesitas para dar lo que das? ¿En qué tienes que invertir?

  • Ingresos y beneficios. ¿Qué obtienes? Piensa no sólo en dinero, sino en contactos, en reconocimiento, en conocimiento, en relevancia, etc.

Segunda fase: diseño del plan de acción

De nada sirve reflexionar, si luego no se toman decisiones.

Ahí es dónde empieza el cambio y la transformación: en el plan de acción. Es a corto plazo y debe centrarse en conseguir los objetivos que nos hayamos fijado, que estos sí son a largo plazo.

Estas son las preguntas directas que puede formularse la persona que utilizar el Canvas personal para diseñar su plan de acción:

  • ¿Qué has aprendido sobre tí trabajando el Canvas personal?

Tras el diagnóstico es necesario extraer una serie de conclusiones y escribirlas o dibujarlas para ponerlas junto al Canvas. No tienen que ser muchas, pero sí cosas que tengan impacto.

  • ¿Qué destaca en tu análisis para centrar ahí tus esfuerzos?

Esta pregunta ayuda a centrarse en las mejores competencias, en aquellas tareas en las que se destaca, en las áreas en las que se fluye… De ahí es de donde hay que tirar para definir un plan de acción.

No quiero decir que no se tengan que mejorar las áreas en las que se flojea, pero para definir un plan de acción hay que pensar primero los objetivos fijados a largo, y para ello hay que centrarse en aquello en lo que se destaca.

  • ¿Qué quieres cambiar? ¿Qué quieres hacer nuevo?

Para conseguir un objetivo hay que realizar determinadas acciones. Hay que trabajar para ver qué acciones concretas se quiere hacer, cuándo y cómo llevarlas a cabo.

Este mini plan de acción tiene que tener un lugar junto al Canvas, de manera que se tenga a la vista para ir adaptándolo a las circunstancias.

Lo importante no es diseñar el plan de acción, sino ponerlo en marcha, y eso depende de cada persona.

Como siempre repito, las metodologías y las herramientas están a nuestro servicio y no hay que santificarlas, así que utilizadlas sin miedo, adaptandolas a vuestra situación y a la de vuestras organizaciones.

Para todo lo demás, ¡estoy a vuestra disposición!

Saludos innovadores

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