Reflexión o acción

Reflexión, acción, libreta de ideas, hoja de ruta

Reflexión y acción para desarrollar una hoja de ruta

En mi día a día me encuentro con personas que nunca terminarían de reflexionar y con otras, que se lanzan a la acción, sin dedicar ni un pensamiento a lo que van a hacer.

Ni lo uno ni lo otro: hay que reflexionar pero sabiendo que luego hay que pasar a la acción.

La reflexión no puede ser excusa para no actuar

O como decía en la primera de mis recetas para emprendedores: reflexionar está muy bien, pero llega un momento en el que hay que actuar.

Entrenando emprendedores: Hay que actuar

Entrenando emprendedores: Hay que actuar (receta 1)

Y aunque muchas personas reflexionan a final de año para organizar su plan de año nuevo, a mi me gusta hacerlo justo antes de que empiece el curso escolar, porque creo que, cada vez más, vivimos en años escolares y no en años naturales.

Siempre digo que la innovación y la creatividad nunca nacen de la soledad y la hoja en blanco, pero para la reflexión si que necesito esa soledad, aunque sustituyo la hoja en blanco por la libreta de ideas que siempre me acompaña y por la lista de proyectos/objetivos que quiero desarrollar.

Mi proceso es muy sencillo:

  • Escribo en una hoja mi lista de proyectos para el año (no de actividades por hacer, eso es otra cosa mucho más mundana).
  • Leo y releo mi libreta de ideas.
  • Voy escribiendo todo aquello que se me ocurre, agrupado en torno a cada uno de los proyectos.
  • Defino el borrador de mi hoja de ruta.
  • Transformo ese borrador en un diseño que me va a acompañar durante el año en mi despacho, para verlo todos los días.
  • Organizo la estrategia y las acciones para desarrollar esa hoja de ruta.
  • Planifico sólo aquellas acciones de los próximos tres meses.

Trabajo en periodos de no más de 40 minutos, descanso, cambio de actividad y, muchas veces, espero al día siguiente.

Lo mejor es ir desarrollando diversas propuestas para cada proyecto/objetivo porque ya sabemos que es complicado que salga adelante el plan A sin cambios, pues entonces, llevémos siempre preparado un plan B y hasta un C si es necesario.

La hoja de ruta nos ayuda a llegar a la meta

Para llegar a la meta necesitamos una hoja de ruta

Lo que he aprendido es a fijar las grandes líneas y a no desarrollar las acciones hasta no tener bien perfilado el proyecto.

Reflexión si, pero la justa

Con lo reflexionado tenemos que pasar a la acción y ver si encaja con la realidad y con el mercado (es lo que en la metodología lean, llaman el mínimo producto viable – MVP) y así ir definiendo nuestro plan de actuaciones.

Probar si funciona antes de hacer todo el esfuerzo

Y si vemos que no funciona cómo habíamos pensado, pues adaptamos, modificamos o nos retiramos, pero con una inversión de tiempo, esfuerzo y dinero limitada.

Porque si no tenemos ese plan estratégico nacido de nuestra reflexión ¿dónde vamos? Lo que más me duele en estos momentos es ver la cantidad de personas que trabajan duro pero sin una dirección concreta y, lo que me duele más todavía, es que no paran a reflexionar por falta de tiempo.

Aunque muchas veces no lo parezca, parar y reflexionar, nos puede ahorrar mucho trabajo y, sobre todo, nos ayuda a controlar dónde vamos y cómo vamos.

No hay que trabajar más, hay que trabajar mejor y eso exige reflexión y acción

Anímate, para, reflexiona y diseña tu hoja de ruta, vale la pena. Notarás los efectos cuando empiece la acción.

Pero cuéntame ¿Qué prefieres? ¿Reflexión o acción?

[subscribe2]

4 Comentarios

  • Roberto Ariza

    Me ha gustado mucho tu artículo y aplicaré algunas de tus ideas a nivel personal.

    En relación a la dicotomía que planteas, “reflexionar o actuar”, hay un refrán de informáticos que dice

    “the sooner you code, the later you run”

    … o “cuanto antes empieces a codificar tu programa, más tarde lo ejecutarás” (en referencia a la importancia de la fase de análisis). Es bastante aplicable a esto que planteas. La reflexión te ayuda a que la actuación posterior sea más limpia, más rápida, con menos errores, aunque el retrasar la toma de decisiones también es negativo. Hay que alcanzar un equilibrio.

    En Triddeo somos tres socios, muy perfeccionistas los tres. Intentamos tenerlo siempre presente para que ese perfeccionismo se transforme en excelencia para nuestros proyectos, sin pagarlo con decisiones tardías o retrasos. No sé si nos recordarás, asistimos a tus sesiones en el IV Semillero de ZAC. Por qué no te pasas por http://www.feelcats.com? Con tus charlas, tú también pusiste tu grano de arena para hacerlo realidad. Gracias!

    • Ana Hernández Serena

      Muchas gracias Roberto, claro que me acuerdo de vosotros y por supuesto que voy a visitar feelcats.

      Lo has explicado muy bien y, como decía, en una de mis recetas para emprendedores “bueno es mejor que perfecto”, a mí me ha costado mucho aceptarlo.

      Un abrazo y hasta pronto

  • Fernando Abadia

    Como en los mensajes del tranvia: Para, mira, pasa…las 3 acciones…. Fundamentales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *