Canvas Social o Colaborativo: herramienta básica para emprendedores sociales

Canvas Social o Colaborativo

El Lienzo de proyectos sostenibles para emprendedores sociales

Si los emprendedores están de moda, los emprendedores sociales están en la cresta de la ola. Pero muchas veces, no sabemos ni que es un emprendedor social, por eso me ha encantado inaugurar esta tarde en La Colaboradora  las sesiones de formación.

La gente comparte, conecta y colabora para resolver sus problemas y encontrar necesidades. El mundo is going co: se impone el co para trabajar, para crear, para vivir.

Los proyectos y los emprendedores sociales atraen pero tengo que ser realista, la experiencia de 20 años asesorando emprendedores me indica que los problemas para convertir las ideas en proyectos con componente social son muy claros:

1)    Cuesta concretar: la idea crece y crece, haciéndose cada día más grande.

2)    El tiempo: nunca hay un plazo fijado para terminar.

3)    La prueba no existe: no hay versión beta, tiene que estar perfecto.

Además, en estos proyectos sociales suele faltar uno de los tres elementos necesarios para desarrollar un buen proyecto:

  • Conocimiento.
  • Experiencia.
  • Mercado.

Habéis adivinado cuál, ¿verdad? Está claro que en los proyectos sociales hay mucho conocimiento y, habitualmente, también experiencia, pero hay un alejamiento claro del mercado: saber por qué están dispuestos a pagar los clientes (no lo que necesitan), quién es la competencia y qué les ofrece.

Los emprendedores sociales tienden a pensar que su idea supera con creces a la competencia sin darse cuenta que la competencia ya está instalada en el mercado y puede, que hasta le vaya bien. Por ello, a veces, un producto que ofrece mucho más no es lo que busca el mercado sino que está más interesado en el producto mínimo necesario y eso, suele doler.

¿Qué podemos hacer? Si la diferencia fundamental de los proyectos de emprendedores sociales es la de centrarse en la PERSONA, pues hagámoslo. Tenemos que pensar en todas las personas que intervienen:

1)    El cliente: ¿qué quiere? ¿qué espera? ¿qué vamos a aportarle de diferente?

2)    Nosotros como emprendedores sociales: ¿cómo nos sentimos? ¿qué hacemos? ¿dónde nos vemos en tres años?

3)    Los colaboradores: ¿con quién trabajamos? ¿compartimos filosofía? ¿tenemos el mismo grado de implicación? ¿fluye la creatividad hacia los dos lados? ¿hay buena comunicación? ¿hemos definido el papel de cada uno?

Si ya sabemos en que fallan estos proyectos y ya tenemos la clave de cómo utilizar el elemento diferencial con el que contamos ¿qué nos falta?

Hacerlo, ponerse en faena, las herramientas: y aquí es dónde entran las metodologías, nunca antes.

Para luchar contra los problemas de falta de concreción, falta de plazo y alejamiento de la realidad y del cliente… hay que prototipar y probar.

Para ello, lo más sencillo y rápido es utilizar la metodología Business Model Generation, Lienzo de los Negocios o Canvas y, en estos proyectos, una versión específica, el Canvas Social o Lienzo para proyectos sostenibles, que tiene una perspectiva diferente (personas, implicaciones y responsabilidades).

El Canvas te ayuda a crear y validar tu idea, convirtiéndola en un proyecto empresarial. Reflexionando sobre cada uno de los bloques ya somos conscientes de lo que nos falta para que la idea pueda ser un proyecto.

Pero cuando ya tenemos el Canvas “terminado”, tenemos que ponernos en la cabeza del cliente (el mapa de la empatía nos puede ayudar mucho) y ver cómo podemos realizar una prueba rápida en el mercado real.

El Canvas nos permite definir la “hipótesis” que vamos a probar con nuestro cliente potencial y ver todos los problemas que pueden surgir.

Ventajas de estas herramientas: agilidad y poca inversión. Ahora, no os engañéis, son herramientas que nos ayudan, pero sólo eso, herramientas.

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